LA PAZ, 12 dic (El Libre Observador) — Frente a la creciente escasez de productos esenciales como el arroz y el aceite, el Gobierno boliviano ha reforzado medidas para garantizar la seguridad alimentaria, priorizando el acceso a alimentos a precio justo para la población.
La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, afirmó a los periodistas que estas acciones buscan proteger a las familias más vulnerables y erradicar las prácticas especulativas que encarecen los productos básicos.
«Los alimentos deben ser primero para los bolivianos, a precio justo. Eso significa combatir el agio, la especulación y el ocultamiento que hemos detectado en diversos operativos», enfatizó Alcón. En Montero, Santa Cruz, las autoridades descubrieron más de un millón de quintales de arroz ocultos, lo que desató una oleada de operativos en mercados e ingenios.
En respuesta a esta situación, el Gobierno ordenó la suspensión temporal de la exportación de aceite, medida que permanecerá hasta que se restablezca el abastecimiento interno.
Paralelamente, la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (CANIOB) se comprometió a garantizar el suministro de aceite en el mercado interno, fijando precios regulados de hasta 11 bolivianos por botella de 900 mililitros y 10 bolivianos por litro a granel.

Además de las inspecciones en mercados realizadas por los comités de Seguridad Alimentaria, el Gobierno ha intensificado la vigilancia en las fronteras para frenar el contrabando de alimentos hacia países vecinos. Estas acciones buscan garantizar que los productos producidos en Bolivia lleguen primero a las mesas bolivianas, especialmente en un contexto de alta inflación en la región.
«Vamos a ser firmes en asegurar que las familias bolivianas encuentren productos a precio y peso justo. No podemos permitir que la especulación afecte a los sectores más vulnerables», reiteró Alcón.
El jueves, el Gobierno y el sector oleaginoso analizarán la posible flexibilización de las restricciones de exportación, dependiendo del abastecimiento interno. Mientras tanto, se mantiene el compromiso de priorizar el bienestar de los bolivianos sobre cualquier interés comercial.

El precio del arroz y el aceite se ha disparado en los últimos meses, reflejando la tensión entre oferta y demanda en un mercado golpeado por la especulación y el contrabando. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los alimentos representan el 40% del gasto promedio de las familias bolivianas, por lo que estas medidas buscan aliviar directamente la presión económica sobre los hogares.
Con estas políticas, el Gobierno espera estabilizar el mercado interno y proteger a los sectores más afectados, enfrentando la crisis con controles firmes y un enfoque en la equidad social.


