EL ALTO, 9 sep (El Libre Observador) – La selección de Bolivia, con fútbol, disciplina y fe, venció 1-0 a Brasil y aseguró su clasificación al repechaje sudamericano rumbo a la Copa Mundial de 2026. El partido, disputado en el estadio de Villa Ingenio de El Alto, a 4.000 metros de altura, convirtió la fría noche andina en una caldera donde la historia dio un giro inesperado.
La gesta devuelve a los bolivianos la esperanza de ver a su selección en un Mundial, algo que no ocurre desde 1994, cuando participó en la cita celebrada en Estados Unidos.

El encuentro no se presentaba sencillo. Brasil, dirigido por Carlo Ancelotti, llegó con la confianza de su jerarquía y un dominio que parecía sofocar a la Verde. Sin embargo, la voluntad de los jugadores bolivianos, el empuje de la hinchada y la disciplina táctica del técnico Óscar Villegas empezaron a inclinar la balanza.
El punto de quiebre llegó en el minuto 49, cuando una falta de Bruno Guimarães sobre Roberto Carlos Fernández abrió la oportunidad más esperada. Miguel Terceros, joven figura que encarna el nuevo rostro del fútbol boliviano, tomó el balón y lo transformó en gol. Un penal frío y certero que hizo rugir a todo el estadio.

Terceros no solo firmó el tanto decisivo, sino que consolidó su condición de máximo referente de la Verde. Con siete goles en las Eliminatorias, se ubica a solo uno de Lionel Messi en la tabla de artilleros. A sus 20 años, ya es visto como el futuro del fútbol boliviano.
Brasil intentó reaccionar. Alisson evitó el empate en al menos tres ocasiones, mientras Lucas Paquetá, Luiz Henrique y Richarlison buscaron generar espacios que se toparon con una defensa boliviana que se multiplicaba en cada balón. En el área local, el arquero Carlos Lampe, símbolo de resiliencia, respondió con seguridad en el tramo final. Cuando el árbitro pitó el cierre a los 95 minutos, varios jugadores bolivianos se desplomaron sobre el césped, incrédulos y entre lágrimas por lo conseguido.
El guion de la noche se completó con la noticia que llegó desde Caracas: Venezuela, que dependía de sí misma, fue goleada 6-3 por Colombia. Ese resultado selló el milagro boliviano. La Verde escaló al séptimo lugar de la tabla con 20 puntos y garantizó su cupo al repechaje intercontinental.
La clasificación no es solo un resultado deportivo: representa un respiro tras tres décadas de frustraciones y desencantos. Bolivia se aferra ahora a la ilusión de volver a un Mundial, en un camino que la coloca frente a selecciones de otros continentes por un boleto a la cita de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
El fútbol boliviano, tantas veces castigado por la irregularidad, encontró en la noche de El Alto un relato de resistencia y esperanza. La hazaña de Villa Ingenio quedará inscrita como el día en que una selección en reconstrucción se atrevió a vencer al gigante brasileño y a reescribir su destino.
