LA PAZ, 23 jul (El Libre Observador) – Max Mendoza Parra, exdirigente de la Confederación Universitaria Boliviana (CEUB), falleció este martes, dejando un legado polémico marcado por su encarcelamiento y las graves acusaciones que pesaban en su contra.
La noticia de su muerte fue confirmada por la Central Obrera Boliviana (COB) a través de sus redes sociales, expresando su pesar y destacando su papel como un “compañero de lucha, revolucionario y líder sindical”.
Mendoza, quien había estado en prisión preventiva durante ocho meses, salió de la cárcel en abril de 2023 para cumplir detención domiciliaria. Su encarcelamiento estuvo relacionado con delitos de usurpación de funciones y conducta antieconómica.

Las denuncias que lo vinculaban a estos delitos surgieron tras una serie de eventos trágicos, entre ellos, la gasificación de estudiantes en el coliseo de la Universidad Tomás Frías en Potosí. Este incidente, que ocurrió durante una reunión para cambiar a los dirigentes de la CEUB, resultó en más de 70 heridos y cuatro fallecidos, un suceso que, sin duda, ensombreció su figura.
Una de las acusaciones más graves contra Mendoza fue su presunto beneficio irregular a través de una resolución administrativa del CEUB, emitida el 14 de diciembre de 2018. Este documento le permitió recibir un sueldo mensual de Bs 21.870 desde mayo de 2018 hasta mayo de 2022, como miembro del Presídium XIII del Congreso Nacional Universitario (CNU).
Sin embargo, el estatuto orgánico de la Universidad Boliviana, aplicable al CEUB, no contemplaba la existencia de un cargo remunerado para el Presídium del Congreso Nacional de las universidades, lo que ha sido un punto clave en las acusaciones en su contra.

Además, Mendoza fue cuestionado por ocupar un cargo de dirigente en la CEUB sin contar con una licenciatura, a pesar de que había estado registrado como estudiante durante 33 años, desde su ingreso a la universidad en 1989. Esta situación levantó serias dudas sobre su idoneidad y la legitimidad de su posición dentro de la organización universitaria.
Durante su tiempo en detención domiciliaria, la figura de Mendoza se mantuvo en el ojo del huracán, con numerosos sectores de la sociedad y la política boliviana debatiendo sobre su legado y las irregularidades que supuestamente cometió. La COB, en su comunicado, resaltó que Mendoza fue un «líder sindical con un compromiso de lucha que aportó a las conquistas de la clase obrera».